miércoles, 24 de agosto de 2011

La princesa que creía en los cuentos de hadas



Algo que la obliga a estar encerrada en su propia cárcel, incapaz de ver que la puerta hacia la libertad está delante de ella, abierta de par en par. Cuánto más pensaba la princesa en la idea de dejarla, más poderosa era la fuerza que la empujaba hacia ella. Sin embargo, sabía que, sintiera amor o no, si le seguía dando tanto poder se vería de nuevo en una cárcel presa de un dolor insoportable. Se sentó mordiéndose el labio, luchando por no dejarse arrastrar por ese sentimiento que debía vencer y anular.

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